La “influencer” mexicana dedicada al fisicoculturismo, subió unas stories promocionando un tratamiento y luego murió.

Una clínica llamada Skinpiel, contactó a la “influencer” Odalia Santos para que promocione su establecimiento en sus historias a cambio de un tratamiento que ayuda a reducir la sudoración.

Odalis acepta el intercambio y sube unas historias donde aparece en la clínica hablando con la persona que le hará el tratamiento, sin embargo, horas después su familia anuncia la muerte de Odalis.

Sus últimas stories seguían activas después de que la noticia se hiciera viral.

La clínica dice que su muerte se debió a que Odalis consumía un tipo de medicamento no compatible con la anestesia, mismo que no informó que tomaba ni lo específico en el consentimiento que firmó.

Las autoridades mexicanas investigan a la clínica, y se ha dicho que carecían de los permisos adecuados.

Este trágico resultado revela una problemática: las recomendaciones de los no expertos. Algunos usuarios han hecho reflexiones acerca de la poca o nula ética que tienen influencers al promocionar tratamientos o artículos que desconocen.

El sentido común indica que ante un problema de salud, se debe acudir al doctor y no hacer caso a una persona ajena al tema. Pero, ese sentido común falla a la hora de hacer caso a las recomendaciones de “influencers”.

Se ha visto no solo en casos relacionados a la salud, también son comunes las estafas monetarias.

Los usuarios debemos entender que el número de seguidores no hace más o menos experto a alguien.